Es un hecho que cuando las mujeres en prostitución deciden salir, tienen que contar con apoyo psicológico. Los efectos son tan traumàticos, que si no cuentan con ayuda, hasta estructurar nuevamente la confianza y valor en si mismas, siguen en riesgo de sentirse culpables. No tienen opción al ingresar a ese mundo, y tienen que luchar por una opción para poder salir de ella, y la sociedad las sanciona y limita. Mientras tanto, si no se sigue evidenciando que la demanda (cliente, prostituyente) es quien contribuye a que esta situación se perennice, coludido con el permiso y tolerancia de la sociedad, siempre el abordaje sera insuficiente, y seguirá dándose la explotación de mujeres, niñas y adolescentes, justificándose en lo irracional y atentando con los derechos humanos.
Los invitamos a leer este artículo testimonial de Tanja Rham, exprostituta y psicóloga: «Mi discurso en el Congreso Abolicionista Internacional de París. La prostitución nunca es una opción libre».